CASA//ARTE DEBUTA CON ÉXITO

Badri Lomsianidze
Organizar una feria de arte contemporáneo en los tiempos que corren es un acto heroico. Que lo haga una persona como Pablo Alemán (La Fundación), procedente del mundo empresarial y fotográfico pero relativamente ajeno al galerístico, aún lo hace más difícil (aunque la Directora Artística del evento, Blanca Berlín, haya sido su cómplice en todo el proceso). Y que esa feria se celebre en vísperas de una locura colectiva llamada "navidad", e intente competir con los perfumes y los turrones que arrasan en los top ventas, lo convierte en una hazaña mítica.

Sin embargo, CASA//ARTE cerró ayer sus puertas con éxito de público y ventas. Es verdad que la asistencia, en cuanto a número, no ha sido la esperada por la organización (nunca lo es), a pesar de haberse celebrado en un magnífico y céntrico local. Sin embargo, la mayoría de las más de 5.000 personas que se han acercado hasta aquí durante estos días han sido coleccionistas y profesionales realmente interesados en el arte contemporáneo, lo que ha repercutido de forma muy positiva en las ventas. Así nos lo han hecho saber la mayoría de los galeristas con los que hemos hablado ("satisfacción" ha sido la respuesta general más repetida) y es que, como siempre en la vida, es importante no confundir que es mejor poco y bueno que mucho y malo.

Con un objetivo claro, impulsar la iniciación al coleccionismo de arte contemporáneo, CASA//ARTE ha nacido como una propuesta innovadora y cercana:
  • selección de calidad de artistas consagrados y emergentes por un comité de expertos (nada paraliza más que el exceso de información y oferta), 
  • precios a la vista (como en cualquier lugar donde se acude a comprar y vender algo), 
  • techo de precio (máximo 1.800€, aunque la franja más común se ha situado entre los 500 y los 1.200€) 
  • y ubicación céntrica (nada de fríos y lejanos recintos feriales). 
El resultado ha sido una feria a la medida de las personas, en la que todos nos hemos sentido bien, visitantes y galeristas.

El coleccionismo de arte contemporáneo es la eterna asignatura pendiente de España. Cuenta su Director Pablo Alemán, en el texto de bienvenida del magnífico catálogo que han editado:
"Si un marciano bajase a la tierra y decidiese instalarse aquí para iniciar su carrera artística, sin duda, en un primer momento, quedaría impresionado por la interesante oferta museística y galerística del arte contemporáneo en nuestro país, por el talento de sus colegas terrícolas y por el amplio abanico de ferias en las que vender su obra. (...) Todo indica, sin embargo, que no es oro todo lo que reluce y que, frente a esa descomunal oferta, en el lado de la demanda, España es un planeta casi deshabitado, y que nuestro amigo marciano no lo va a tener nada fácil para exponer y vender su galáctica obra".
Mal acostumbrados durante décadas por generosas administraciones que consideraban la cultura y el arte como una prioridad (ay qué tiempos aquellos), es inútil esperar paralizados a que esa época vuelva. Porque no volverá. Los tiempos YA han cambiado y si no espabilamos, "nos extinguiremos como los dinosaurios" (que diría Fontcuberta). El arte es lo que nos hace humanos y tenemos que reivindicarlo como algo propio y esencial. Para eso, es imprescindible que la burbuja del arte también se desinfle (está en ello) y esto del arte se empiece a considerar una cuestión al alcance de todo el mundo.

Las 26 galerías seleccionadas se han esforzado por ofrecernos lo mejor de sus fondos, adaptando incluso los tamaños de las obras expuestas para esta feria, con el objetivo de ofrecer precios más asequibles. En cualquier caso, ¿a quién le cabe en su casa una pieza de tres metros de largo por dos de ancho?. A mí no, desde luego, ni a ninguno de mis amigos (que no son banqueros, por cierto). Por fin recuperaremos la sensatez en los formatos, después de décadas de "a ver quién la tiene más grande", y aprenderemos que cada obra requiere un formato adecuado a su voz y lo que cuenta.

Dividida en dos plantas, en la inferior hemos podido ver el trabajo de los artistas más desconocidos y emergentes, y en la superior, los consagrados. De los emergentes, me han robado el corazón o me han hecho reir (o ambas a la vez) Fernando Maseli, con sus geniales bodegones "deconstruídos con humor" (La Fundación Galería) y que tanto éxito de ventas han tenido; la cordobesa Lourdes Cabrera, con sus preciosas cajas-porfolio, en la misma galería; Sara Landeta (Galería 6mas1), que se revela como una genial ilustradora y narradora de polaroids; Pilar Cavestany (Taller 7), con sus inmersivas esculturas hechas con película cinematográfica o sus delicados dípticos en los que captura la vida entera de algunos lápices, y los locos "pisos pilotos" de Raquel de Prada (La lavandería), con fotografías aprisionadas en latas de sardinas.

En la parte superior, Raymaluz Art Gallery presentaba el interesante trabajo del cubano Glaubert Ballesteros, "Simados vitali", con sus retratos blanqueados; en la Galería Cero, de Efti, destacaban la argentina María Alché, con su maravillosa inmersión en el álbum familiar, y el chileno Emilio Pemjean con sus "Palimpsestos", reconstrucciones minimalistas de los espacios que aparecen en cuadros famosos pero vaciados de lo accesorio; en Espacio Foto, Luis Beltrán, José Ramón Moreno y Coco Canosa presentaban propuestas oníricas en torno al paisaje y la ciudad; en la Galería Aural, Cayetano Ferrández exponía su última serie de "El hombre gris", una interesante aproximación metafórica a la sociedad española y su inexplicable "triunfo de los mediocres"; en Trinta pudimos ver las bíblicas hierbas de José Ramón Ais, una aproximación pictorialista al bodegón de descampado que hizo que Rafa Doctor lo eligiera hace un par de años, en los debates de Photoespaña, como uno de los autores destacados para el siglo XXI; y en Rita Castellote pudimos ver trabajo expuesto de Ana Galán, Aitor Lara y Rafael Arocha, entre otros.

Emilio Pemjean
Pero fue Blanca Berlín la que, una vez más, nos sorprendió al presentar propuestas totalmente alejadas de tendencias y "artistas clónicos", como la del ecléctico georgiano Badri Lomsianidze con sus maravillosos e infinitos collages encerrados en cajas de hierro y madera; Eva Gabrielli y sus seductoras estampas de criaturas misteriosas, "Fair creatures", o Jaime Compaire y Pep Carrió, investigando en torno al collage también.

En la jerezana Sánchez de Lamadrid nos encontramos un regalo para los ojos, copias de época inéditas de Atín Aya, rescatadas, tras su muerte, del archivo por su hija. Compartían espacio con la obra de la joven Cristina Mejías, una interesante aproximación al tema de la crisis y las migraciones mediante el retrato, y con los bodegones de Isabel Sierra. Y cerrando el circuito, la sevillana AJG, que presentaba obra de Eduardo Nave, con gran éxito de ventas.

En definitiva, una feria pequeña que ha tenido un brillante debut este año y a la que auguramos y deseamos larga vida porque propuestas como estas, que acercan el arte contemporáneo, en general, y la fotografía, en particular, a los ciudadanos, poniéndola a nuestro alcance de forma asequible, hacen mucha falta. Mi única pena ha sido no poder haber podido comprar más. Mi humilde presupuesto ha alcanzado para una magnífica polaroid de Sara Landeta y un libro de artista sobre su serie "Los úrsidos". Y tan contenta!

1 opiniones:

Daniel Casares Román at: 1.1.13 dijo...

Magnífico, sencillamente!.

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